jueves, 24 de marzo de 2016

Manipulación de la información por parte de los medios de comunicación en la crisis de refugiados en Europa

Han pasado ya más de una década desde que los Estados Unidos, apoyado por varios miembros de la OTAN, le declarara rotundamente la guerra al terrorismo. Esto, con motivo de los atentados perpetrados por Al-Quaeda el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington D.C. Desde entonces, millones de personas han huido desde los países epicentros del conflicto (en su mayoría del medio oriente), hacia países de la Unión Europea. Sin embargo, las precarias condiciones en las que los migrantes intentan llegar a su destino, han provocado miles de muertos por cuenta de naufragios en el mar mediterráneo y el reto de sobrevivir en condiciones de vida infrahumanas. A causa de esto, se ha desatado la mayor crisis humanitaria en el mundo, después de la Segunda Guerra Mundial.

El presente documento buscará abordar la crisis de refugiados en Europa, por medio de un análisis crítico hacia el tratamiento dado a la información, por parte de algunos medios de comunicación que cubren el suceso. Así pues, se brindarán tres argumentos en los que se buscará demostrar la existencia de una manipulación de la información sobre la situación de los refugiados, y de qué forma esta se presenta tal manipulación. Inicialmente, se tratará de explorar una visión alterna sobre las reales intenciones de la comunidad europea, frente a la acogida en su territorio de refugiados e inmigrantes desplazados por el conflicto. Acto seguido, quedará en evidencia la superficialidad de los datos que manejan los medios a la hora de informar sobre la crisis. Finalmente, se evaluará las posturas internacionales frente a la guerra, enfatizando en la responsabilidad que tienen los medios de comunicación, de informar de una manera íntegra a la opinión pública acerca de lo que sucede en Oriente Medio.

La incursión de los medios en la guerra ha sido no solo un avance tecnológico, sino también una urgente necesidad en medio de estos eventos, en los que la duda e incertidumbre reina a su alrededor. Sin embargo, los objetivos imparciales e independientes consagrados en un principio, pueden verse permeados por intereses políticos y económicos. Causando así, una “pérdida gradual del sentido de la realidad” Ordóñez (2003) (p. 57), sobre la opinión pública. Pues, como afirma el mismo Ordóñez, existe una “formidable capacidad de absorción política por parte de la televisión” (p.57), algo que se puede extrapolar también a la mayoría de los medios dominados por grandes las cadenas de televisión. En la crisis de refugiados esto se ve reflejado claramente en la manera mesiánica en que los medios describen a algunos países europeos, por el hecho de haber acogido en su territorio a refugiados de los países en conflicto. Sin saber que, lo que se muestra como una fachada de solidaridad y condescendencia humanitaria, es realmente la oportunidad de oro para países como Alemania de captar mano de obra joven. Con un propósito muy importante. El de remplazar su decadente y envejecida fuerza laboral en un futuro no muy lejano. Para demostrar esto, solo hace falta mirar los datos de algunos países europeos. Por ejemplo, para el 2014 la edad media de Alemania era la segunda más alta del mundo con 44.3 años (Banco Mundial, 2014), lo que ilustra el grado de envejecimiento que padece la población del país en general. Por otro lado, las cifras indican que la población alemana estaría envejeciendo a un ritmo de 3,8 años por década, una situación preocupante que los estaría obligando a ver la inmigración como la única solución verdadera frente a un posible cataclismo laboral y financiero.

 Análogamente a estas ocultas intensiones, los medios de comunicación han fabricado una falsa imagen de la crisis de los refugiados. Debido que, contrariamente a la idea generalizada, menos de un tercio son refugiados originarios de zonas de guerra. A saber, solo un 20 % son sirios, un 7 % afganos y un 3 % iraquíes. Por su parte, los dos tercios restantes son migrantes económicos, provenientes de países pobres, pero no en conflicto. Esta falsa generalización, ha creado una imagen errónea de quienes son realmente los desplazados víctimas del conflicto armado. Esto a su vez, ha propiciado el tráfico de personas. Pues, son ahora los traficantes quienes imprimen pasaportes sirios falsos para vendérselos a inmigrantes de otras nacionalidades. Todo esto, con la esperanza de hacerse pasar por un refugiado sirio, y así recibir las ayudas de países como Alemania y Suecia. Sin embargo, ese no es el mayor problema, la verdadera odisea comenzó cuando se demostró que grupos terroristas como ISIS estarían entrando a Europa, con pasaportes sirios robados. Concretamente, están haciendo uso de los 3.800 pasaportes sirios robados por grupos de ISIS en Rakka y Deir ez Zur (Frontex, 2015), ambas provincias sirias. Así pues, los medios de comunicación han caído en el error de no dar una información verídica, sustentada en cifras y datos confiables. En cambio, la mayoría de medios ha optado por acudir al sensacionalismo causado por imágenes y videos, dejando de lado el análisis objetivo sobre la verdadera realidad de la crisis.

Por último, pero no menos importante, nos encontramos con una particular forma de desviar la culpa de la crisis. Pues, mientras que Rusia afirma que el éxodo de sirios se debe a la presencia del EI y no al gobierno de Bashar al Assad, la tesis occidental considera como un villano a Bashar al Assad y su régimen. Estas posiciones, están desviando por completo la atención del verdadero conflicto en Siria, que es la permanencia de diversos grupos terroristas, financiados y fortalecidos por organismos ajenos a dicho país. Se está dejando de lado el hecho de que el Estado Islámico y los rebeldes sirios tienen colapsado al país. Por otro lado, los medios están desconociendo el apoyo brindado desde los países occidentales, por parte de ciudadanos comunes, a la estructura de los grupos terroristas. De ahí que, por cuenta de estas lagunas informativas, sea tan difícil desentrañar las más profundas intenciones que mueven a los gobiernos implicados en el conflicto. Generando así, un profundo grado de incertidumbre frente a lo que pueda llegar a hacer un estado, con tal de cumplir con su objetivo. En ese orden de ideas, podemos cuestionarnos acerca de los límites que debería tener un país como Estados Unidos frente a su incansable lucha contra el terrorismo. Es aquí donde, tanto la prensa occidental como la oriental, deben actuar con imparcialidad, trascendiendo de los intereses políticos, para superponer la vida humana y alentar al cumplimiento de los derechos humanos.

A manera de conclusión, puede afirmarse que dentro de una crisis en la que se encuentre tanto de por medio, el riesgo de que la información sea manipulada es muy alto. Debido, tanto a intereses políticos, como económicos y militares. Es por esto por lo que la crisis de los refugiados en Europa no ha sido la excepción, la información presentada por los medios de comunicación se ha transgiversado de manera sustancial y casi imperceptible. Es por esto, que se debe desarrollar un permanente análisis crítico y criterio propio, que brinde las herramientas necesarias para aportar posibles soluciones frente a este conflicto, desde el entorno en el que cada uno se encuentre.

Bibliografía:

     Tortosa, J. M. (2003). Los medios y la guerra. Revista de estudios sociales. Colombia, 57-69.

Ordóñez Díaz, L. (2005). La realidad simulada. Una crítica del reality show. Análisis político, (54), 49 – 62.

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